Años Dorados: mercado y oficio: La
historieta argentina en el marco de una industria cultural amplia durante
los años de apogeo del medio. El
vínculo entre cultura de masas, técnica y sociedad. Las
expectativas de movilidad de los profesionales: cadenas de relevos,
relaciones entre maestros y aprendices, academias de artes y oficios, la
revista Dibujantes, la Panamericana de Arte, los manuales de
dibujo, la lógica del sacrificio y la constancia.Editorial
Frontera. La nueva historieta. La concepción de un público adulto. La aventura en Buenos Aires. Frontera como faro de avanzada.
El Eternauta, 1957 |
La otra Invasión: modernización, vanguardia y política: La
Bienal en el Instituto Di Tella (octubre de 1968). El rol
de Primera Plana. Excepciones en el campo. Modernización.
Internacionalismo. La
“otra invasión”. El Eternauta en la revista Gente. El Che
dibujado. Cultura de masas y política. Por otra parte, durante la clase situamos el capítulo sobre la Bienal en el Di Tella en el
marco de un debate característico de la década del sesenta: la relación entre intelectuales, mercado y política. Nos detuvimos en la figura de Oscar Masotta, en la publicación de LD y en un libro pionero: La historieta en el mundo moderno (Masotta, Editorial Paidós, 1970)
Como vimos, a partir de la mitad de la década del cincuenta (durante los años del posperonismo) van a surgir una serie de editoriales nuevas entre las que se destacan varias dedicadas a la publicación de historietas. Pero mientras otros editoriales atraviesan lo que se llamó el boom de la literatura latinoamericana (1962 y 1968) la industria de la historieta nacional atraviesa la crisis más importante de su historia. (Ver: capítulo “Años Dorados”)
No obstante, leer el declive de ventas como una crisis irreversible del mercado editorial no nos permite atender las múltiples variables de la etapa. El fenómeno es más complejo. Algunos datos que nos permiten comprender el inicio de una curva descendente son: la caída salarial que sufren los sectores medios y populares, la fuerte competencia a partir de la importación y distribución de títulos extranjeros, las táctica insuficientes de los editores locales para sobrellevar la caída en el consumo, la opción de los historietistas argentinos por un trabajo mejor remunerado en el exterior. Asimismo, la expansión de la televisión fue un factor importante que participó en el descenso del mercado de "ediciones del continuará".
Otra variable importante que da cuenta del descenso en las tiradas y cierre de revistas populares y masivas de historietas es la llegada del libro al quiosco. Precisamente, la historieta no es ajena a la transformación en los modos de producción, circulación y consumo de la etapa. En 1966, Ediciones de la Flor publica el primer libro de Mafalda reuniendo las tiras gráficas en orden de publicación.También Jorge Álvarez y casi al mismo tiempo, compila tiras del exitoso personaje de Quino. Por su parte, los nuevos semanarios (Primera Plana, Análisis, Confirmado, Panorama) acogen en sus páginas tiras gráficas e historietas.
Estas revistas junto a los suplementos culturales de los diarios van a consolidar la creación de un nuevo público de lectores. En este marco, el papel que juega Primera Plana en la promoción de la historieta nacional es clave.
Como vimos, a partir de la mitad de la década del cincuenta (durante los años del posperonismo) van a surgir una serie de editoriales nuevas entre las que se destacan varias dedicadas a la publicación de historietas. Pero mientras otros editoriales atraviesan lo que se llamó el boom de la literatura latinoamericana (1962 y 1968) la industria de la historieta nacional atraviesa la crisis más importante de su historia. (Ver: capítulo “Años Dorados”)
No obstante, leer el declive de ventas como una crisis irreversible del mercado editorial no nos permite atender las múltiples variables de la etapa. El fenómeno es más complejo. Algunos datos que nos permiten comprender el inicio de una curva descendente son: la caída salarial que sufren los sectores medios y populares, la fuerte competencia a partir de la importación y distribución de títulos extranjeros, las táctica insuficientes de los editores locales para sobrellevar la caída en el consumo, la opción de los historietistas argentinos por un trabajo mejor remunerado en el exterior. Asimismo, la expansión de la televisión fue un factor importante que participó en el descenso del mercado de "ediciones del continuará".
Otra variable importante que da cuenta del descenso en las tiradas y cierre de revistas populares y masivas de historietas es la llegada del libro al quiosco. Precisamente, la historieta no es ajena a la transformación en los modos de producción, circulación y consumo de la etapa. En 1966, Ediciones de la Flor publica el primer libro de Mafalda reuniendo las tiras gráficas en orden de publicación.También Jorge Álvarez y casi al mismo tiempo, compila tiras del exitoso personaje de Quino. Por su parte, los nuevos semanarios (Primera Plana, Análisis, Confirmado, Panorama) acogen en sus páginas tiras gráficas e historietas.
Estas revistas junto a los suplementos culturales de los diarios van a consolidar la creación de un nuevo público de lectores. En este marco, el papel que juega Primera Plana en la promoción de la historieta nacional es clave.
Jorge Álvarez publica a Quino en 1966 |
Mafalda en Primera Plana, septiembre de 1964 |
En la historieta, podemos leer ambos
movimientos. Modernización que capta Primera
Plana a través de notas a Oscar Masotta, a Copi, especiales sobre Quino, sobre Alberto Breccia o sobre la Bienal Internacional
del 68. Es decir, el semanario está interesado por la zona "más moderna" de la historieta nacional. Desde sus
páginas se anuncia el evento en el Di Tella y el lugar que
ocupa la historieta en tanto “pariente pobre del arte y los medios masivos de
comunicación” (Primera Plana, 15 de octubre de 1968)
LD Número 1, 1969 |
Los pollos no tienen silla, 1968 |
Por otro lado el mercado tensiona hacia la política, con producciones y desvíos como “El Eternauta” en Gente o “La vida del Che”. Como vimos y de manera paradigmática esa tensión entre política, experimentación y cultura de masas puede leerse en algunas de las historietas de Héctor Oesterheld y Alberto Breccia de finales de los sesenta. Sobre estos casos trata el capítulo “La invasión”. O la “otra invasión”: una ruptura/separación del argumento central del clásico Eternauta (1957). En el 69, Oesterheld desde las páginas de la revista Gente, nos contará otra historia....
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