Los
historiadores y críticos de este período han trabajado en base a algunas
hipótesis sobre las que ya existe cierto consenso, aunque con debates acerca de
qué significan exactamente esos procesos:
- Conformación de un campo intelectual
- Profesionalización de la escritura / emergencia de la figura del periodista
- Pasaje del periodismo político faccioso a un periodismo comercial
1) Conformación de un campo intelectual
Beatriz Sarlo
y Carlos Altamirano (en “La
Argentina del Centenario: campo intelectual, vida literaria y
temas ideológicos” en: Ensayos argentinos. De Sarmiento a la vanguardia.
Buenos Aires: Centro Editor de América Latina, 1983) se preguntan:
¿Existe un campo artístico/intelectual en la
Argentina?
Esta pregunta parte de la propuesta de Pierre
Bourdieu de que un campo supone posiciones de poder, fuerzas en tensión y
reglas internas. Es lo que uds. van a trabajar en Las reglas del arte en las clases de prácticos: el campo artístico
se autonomiza en el momento en que las reglas con las que se rige son propias
(y no de otro campo como el político, el religioso o el social). Para esto rompe
con las reglas que regían hasta ese momento las relaciones entre arte y poder
(político, religioso, social) y crea posiciones nuevas donde las reglas son “las
reglas del arte”. Como consecuencia de este proceso surge el movimiento del “arte
por el arte”. Esto nos interesa en una historia de los medios porque históricamente
este proceso tiene lugar en el mismo momento en que aparece un “arte comercial”
y en consecuencia, profesionales del
“arte”.
En otras palabras: la emergencia de las
ideologías de artista son un correlato del proceso de profesionalización del
escritor, el artista, etc. y su inserción en la industria cultural
(periodistas, escritores de folletín y literatura por encargo, fotógrafos,
ilustradores etc.).
Estos argumentos desarrollados por Bourdieu
para el caso francés, tienen algunos problemas o inadecuaciones cuando
intentamos “aplicarlos” a la Argentina:
.- En una modernidad periférica como la argentina el polo que organiza el
campo es externo al mismo: París (los escritores consiguen su legitimidad a
través del reconocimiento externo).
.- ¿Cómo puede coexistir el proceso de
emergencia de dicho campo con la hegemonía del nacionalismo cultural y político (que en el caso de Francia -que
estudia Bourdieu- se produce en dos momentos muy diferentes)?
Sarlo y Altamirano inician su trabajo con la
una “gran” pregunta de Sarmiento: ¿Somos Nación? Y también señalan la influencia
del nacionalismo francés: Barrès, Maurras, León Daudet que adquiere mucha
importancia para enfrentar “la era de las masas”, el temor a la contaminación
que supone el advenimiento de una cultura de masas. En ese contexto, cobran
fuerza ideologías que vienen a confirmar una identidad previa y resistente a la
inmigración: el hispanismo, la recuperación de la herencia española, el mito de
la raza (Manuel Gálvez y Ricardo Rojas leen a Unamuno o Ganivet) y los debates entre criollos y gringos, cuyo
momento culminante podría situarse alrededor del Martín Fierro (Lugones y El payador).
También pesan en ese contexto, la emergencia
y crecimiento de filosofías espiritualistas que reaccionan frente a la Ciencia
(Nietzsche) y que en el Río de la Plata adoptan la forma del arielismo: Ariel (1900) del uruguayo José Enrique
Rodó como condensación de ideologías espiritualistas.
.- Sin embargo, aún como país periférico y
dependiente, la Argentina crecía y se modernizaba. Y en esa situación de
crecimiento económico y aumento exponencial de la inmigración se exacerban las ideologías de artista: el temor a “mancharse” o “contaminarse” con el
mercado.
Una serie de instituciones e intervenciones
de escritores funcionan como señales
de profesionalización. Cabe preguntarse si estas señales también
suponen una tendencia a la organización de un campo literario:
.- Manuel
Gálvez fue el primero en tematizar la cuestión de la profesionalización y la ideología de artista en su libro, Diario de Gabriel Quiroga.
.- Roberto Payró organiza un programa de reivindicaciones corporativas: defensa
de editoriales argentinas, de los derechos de autor, de los derechos del
periodista profesional, fundación de una sociedad de escritores, de una casa
del escritor, etc.
.- Creación
de la Facultad de Filosofía y Letras (1896): se produce un
desplazamiento desde Derecho o Medicina (carreras que habían estudiado la mayor
parte de los escritores e intelectuales hasta ese momento) a Filosofía y Letras.
Es un movimiento coherente con una etapa en que la vocación pasa a ser un tema
de los escritores.
.- Ricardo
Rojas escribe Historia de la literatura argentina: ensayo filosófico sobre la
cultura en el Plata; La
restauración nacionalista (1909). La historia de la literatura de Rojas
significa una carta de ciudadanía para la literatura argentina, se puede decir
que la “inventa”.
.- Librería
Moen de la calle Florida: espacios de consagración y éxito del
mercado literario.
2) Profesionalización de la escritura y emergencia de la figura del periodista
David Viñas (1964). Literatura argentina y realidad política. Buenos Aires: Jorge
Álvarez.
Durante el siglo XIX, los escritores tienen al
viaje como principal experiencia de formación.
La excentricidad y la mirada europea que atraviesa la
política argentina de ese período, se reproduce en lo estético: “del viaje colonial al viaje estético”
La cita
de José Mármol que le permite a
Viñas hablar de “los dos ojos del romanticismo” sintetiza un programa de
excentricidad: “tendremos siempre un ojo
clavado en el progreso de las naciones y el otro en las entrañas de nuestra
sociedad”. El postulado, que supone un sentimiento de inferioridad y carencia
y un esfuerzo correlativo por obtener una síntesis trascendente, está
encuadrado Mármol.
Pero
hacia el cambio de siglo y el Centenario
se produce una crisis “de la ciudad
liberal” que obedece a varias causas:
.-
Inmigración
.-
ascenso de la clase media que va a desembocar en el Yrigoyenismo
Y que va
a permitir hablar del pasaje “De los
gentlemen escritores a la profesionalización de la literatura”
Gentlemen escritores: que
sobreviven en el 900 son Miguel Cané, Eduardo
Wilde y Lucio Mansilla:
príncipes de su grupo como los llama Groussac, si aparecen como inobjetables gentlemen vinculados a la literatura y
se iluminan a través de ella, la ejercen como una ocupación lateral,
imprescindible casi siempre, pero de manera alguna necesaria:
“Para
ellos el quehacer literario es excursión, causerie,
impresiones y ráfagas: colocaban una frase como quien toma un potich para
depositarlo en un estante o ‘tenían salidas’ cuando empezaban a presentir que
el uso de las palabras acorrala. Tomar las palabras con las puntas de los dedos,
picar una comida, afilar un cigarro, palmear una yegua de raza. Todo venía a
ser lo mismo; al fin de cuentas la literatura no era oficio sino privilegio de
la renta”, dice Viñas.
.- Escritores profesionales: apellidos de hijos de inmigrantes: Roberto Giusti y Alfredo
Bianchi fundan Nosotros en 1907, Alberto Gerchunoff.
Profesional
es quien escribe todo el día, dedica todo su tiempo a escribir, tiene proyectos
de escritura, hace de la literatura su función social (José Ingenieros, Manuel Gálvez)
aunque no necesariamente se gane la vida mediante la escritura. Esto es
fundamental para entender este momento de pasaje, donde todavía las figuras de
escritor no van a estar estabilizadas.
“A fines
del siglo pasado, la labor literaria iba dejando de ser un esparcimiento de
generales y doctores para convertirse en una profesión libre, o mejor dicho en
una misión esforzada. Para ella no se abrían entonces sino los talleres del
periodismo” dice Ricardo Rojas en 1938.
El
pasaje de Rojas plantea retrospectivamente varias cuestiones: cómo se ingresa
en el campo intelectual, qué función cumple la vocación en la elección de una
actividad; cómo se separa la práctica cultural de las demás prácticas sociales
para convertirse en una profesión (si las circunstancias económicas lo
permiten) o, que es lo que sucede más generalmente en el 900, en la actividad
que le proporciona al escritor su identidad
social, aunque no siempre sus medios de vida. Así considerada, la profesionalización desborda el enfoque
estrechamente economicista” (Sarlo y Altamirano, op. cit., p. 80).
En este
sentido, vale la pena comparar esta manera de interpretar la profesionalización
con aquella que aparece en el texto de Jorge
B. Rivera, de “escritores herederos”
y “escritores profesionales”.
El
periodismo va a ser la forma más habitual y más acabada de la
profesionalización de los escritores pero no la única. También encontramos
otros espacios de profesionalización:
1) La
Universidad (académicos): los académicos son figuras intermedias que
señalan matices en su relación de dependencia con la oligarquía liberal: Paul Groussac (1848-1928); Juan
A. García (1862-1923); José Ramos
Mejía (1842-1915), Ernesto Quesada
(1858-1934).
2)
El
teatro: Gregorio de Laferrere, Las de Barranco; Jettatore
Viñas
entiende que el teatro es para escritores que provienen de la clase media que
ya no se dirigen a un público más o menos complaciente, sino a un público nuevo,
“que si se aburre va a ser despiadado y que como no tiene posibilidad de
devolver su obra a un estante, va a silbar, pateará y lo dejará al descubierto”.
Laferrère tiene que descender y competir y el teatro no es complaciente.
La
profesionalización a través del teatro remite a la jerarquización de géneros
que plantea Bourdieu. Él habla de un esquema con jerarquías invertidas en el
espacio simbólico y en el mercado. Mientras que la poesía es el género que “más
paga” desde el punto de vista simbólico, es la menos redituable en el mercado.
El teatro ocupa un lugar inversamente proporcional en este esquema:
Desde el
pto de vta simbólico pto de vta del mercado
Poesía Teatro
Novela Novela
Teatro Poesía
3)
El Periodismo:
Hay
distintos modos de acceso al periodismo que, además se van a ir modificando
durante esos años:
.- grandes figuras:
Rubén Darío:
antecedente inmediato del escritor que logra profesionalizar la literatura en
la última década del siglo XIX pero también el exponente máximo del modernismo
en lengua española y por lo tanto del arte por el arte.
Es un
escritor profesional precursor; “su vinculación económica con la oligarquía,
directa a veces, por mediación de sus diarios en otros casos, resulta gritada
en ciertos momentos hasta convertirse en una penosa dependencia “ (Viñas). Su
alienación a los valores del grupo dominante llega a ser paradigmática: le
escribe una Oda a Mitre..
En 1898
Darío va a Barcelona enviado por el diario La
Nación a raiz de la guerra de Cuba. Crónicas sobre España se publican como Peregrinaciones.
En sus
cartas, las referencias a las negociaciones con los diarios dejan en claro su
dependencia del periodismo:
“Me
quedé sujeto a lo que ganaba en La Nación
–declara Darío-, y luego a un buen sueldo que por inspiración providencial me
señaló en la Tribuna su director... Mi obligación era escribir todos los días
una nota larga o corta, en prosa o verso, en el periódico....”
“He
comenzado una novela, o especie de novela, para La Nación –escribe-. Yo iré enviando el material, y concluiré en
mes y medio o dos meses... Tendrá que ser un extra y sería justicia pagarme a
otro precio que mis cartas comunes”.
En 1910
un Mitre es una suerte de Luis XIV: su
relación con los intelectuales es de arriba hacia abajo.
Llegar a
escribir en La Nación, convertirse en
“un hombre de La Nación” era el ideal de vida que empezaba a fijarse y una
categoría de validación social de los intelectuales. La “carrera” literaria
sólo se confirmaba con un empleo en el diario o, por lo menos, con una
colaboración
.- El nuevo periodismo
En el
periodismo se recorta la figura de Manuel
Laínez (1852-1924). El Diario (1881-), aunque cronológicamente
y por sus intereses, esté cerca de La
Nación y La Prensa, preanuncia a La Razón (1905), incluso a Crítica (1913). Conviene insistir: si
éste es el momento en que la oligarquía aparece más segura de sí y más
brillante, en el revés de la trama empieza a leer sus contradicciones, los
peligros que la están minando y se resuelve a sobrevivir.
Jorge Rivera, El escritor y la
industria cultural
Igual que Viñas, Rivera concibe la
profesionalización del escritor como la posibilidad de acceso de las clases
medias a la literatura. Pero aun esta coincidencia inicial se debe a intereses
muy diferentes: Para Viñas el interés principal es pensar la relación entre
literatura y política y la pregunta es cuánto de un proyecto ideológico de los
autores se sostiene en el momento en que se insertan en la estructura
periodística.
Para Rivera el periodismo permite
simultáneamente el acceso de nuevas figuras a la escritura y la ampliación del
público lector. Si bien la cuestión del escritor (el oficio de escribir y la
profesionalización) es un eje central del recorrido de Rivera, la cuestión de
la industria cultural adquiere una entidad fundamental. Se trata de una
concepción positiva de la industria cultural que podemos hipotetizar opuesta en
Viñas.
De allí que se introduzcan los sigtes temas:
.- formas
de socialización de los escritores: formaciones
(en términos de Williams) como clubes, bares, asociaciones.
.- formas
de profesionalización: instituciones (en términos de Williams) como Sociedad
Argentina de Escritores, derecho de autor, etc.
.- las
editoriales y los editores: Manuel Gleizer (los ultraístas, Martín Fierro)
y Samuel Glusberg (socialistas). La
oposición Boedo – Florida se traduce en elecciones editoriales hacia fin de la
década del 10 y durante la década sigte., como es el caso de la editorial Claridad
.- los
diarios y los magazines
.- Los nuevos géneros y los nuevos medios masivos:
.-
el folletín: Eduardo Gutiérrez: Juan
Moreira, Hormiga Negra, Pastor Luna, Croquis y siluetas militares// La Patria
Argentina
Juan Moreira:
1878-1880: caso policial, folletín, circo criollo/teatro, radioteatro, cine,
historieta...
.-
el cine; la historieta; el tango
(Romano)
3)Pasaje de un periodismo político faccioso
a un periodismo comercial
Normalmente
para explicar este proceso, se suelen destacar la oposición entre algunos
grandes diarios nacidos durante el siglo XIX y aquellos nacidos a la vuelta del
siglo o hacia el primer centenario. Entre los primeros, se destacan:
La Prensa,
fundado en 1869 por José C. Paz
La Nación Argentina,
editado entre 1862 y 1869 por José María Gutiérrez.
La Nación,
fundado en 1870 por Bartolomé Mitre
Me
gustaría complejizar esta idea, mostrando cómo en este período ya hay proyectos
periodísticos diversos. Si La Prensa
o La Nación son la punta del iceberg,
existían otras variantes de hacer periodismo no hegemónicas. Para esto me
gustaría pasarles dos institucionales
cinematográficos realizados por los mismos diarios.
.- Institucional
de La Nación
Film de
1930 para conmemorar los 60 años del periódico fundado en 1870 por Bartolomé
Mitre. Para su realización eligieron a uno de los más importantes directores de
cine de la época: Federico Valle/Cinematografía Valle
.- En
pos de la tierra (1921-1922)
Es un filme que yuxtapone un relato
ficcionalizado con imágenes documentales. Lo que vamos a ver corresponde a la
redacción de La Tierra, periódico fundado por la Federación
Agraria Argentina. La Federación Agraria Argentina se forma en 1912 como consecuencia
de una Huelga de aparceros y arrendatarios. En 1923 compran su propia imprenta;
inauguran el palacio de la calle Mendoza como sede central de la Federación en
Rosario y más de 500 clubes juveniles agrarios. El diario forma parte de esta
expansión cultural y de intervención política, económica y social.
Un análisis
de este film puede verse en:
Allí,
las autoras destacan que el film muestra el pasaje de los protagonistas
inmigrantes “de campesino a chacarero” y también como llegan a diluir demandas
de los peones en las demandas de los pequeños propietarios.
También
analizan las imágenes documentales tomadas en las calles de Buenos Aires durante
la Gran Marcha del 26 de agosto de 1921.
Podrían
añadirse a este tipo de diarios una larguísima lista de diarios gremiales o
políticos (en La prensa obrera de
Mirta Lobato hay un cuadro donde lista periódicos de este tipo desde 1870 en
que aparece el de los Tipógrafos (Anales
de la Sociedad Tipográfica Bonaerense).
En los dos
casos en los que nos hemos detenido (La
Nación y La Tierra) se trata de periódicos
que surgen como órgano de prensa de grupos económico-políticos: uno dirigente,
otro que pugna por la hegemonía. En ambos casos se aprecia la modernización de
las redacciones de los diarios, pero mientras La Tierra sigue siendo un periódico de un grupo, donde trabajan
pocas personas, en La Nación se
destaca la producción en serie, el intento por convertir el diario en una
empresa periodística.
A estos dos
filmes institucionales valdría la pena añadir uno de Crítica, Cómo se hace un diario moderno (1925)
realizado para la Exposición de las Industrias Argentinas en la Sociedad Rural.
Crítica, fundado en 1913 por Natalio Botana, es
considerado habitualmente como un hito del nacimiento de la prensa moderna en
Argentina. Nos dentendremos en ese diario en el teórico de la semana próxima.
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